“Es hora de tomarme un respiro. He dedicado mi alma al ultratrail en los últimos años, pero ahora mismo no corro bien. Mi cuerpo está vacío, es una cáscara seca. Mi incapacidad para correr la Echappee de 87 km me lo volvió a demostrar. Una vez más”. “He estado sufriendo con mi cuerpo desde finales del 2018. Finalmente he conectado los puntos entre mi bajo sistema inmunológico, anemia, fatiga, problemas estomacales, falta del periodo menstrual, incapacidad para correr rápido y mi cuerpo corriendo siempre en reserva: es RED-S, , Relative Energy Deficiency in Sport”.
El año pasado saltaba a la luz el desgarrador testimonio de Mimmi Kotka, estrella sueca del trail del equipo Salomon International con numerosos éxitos deportivos a sus espaldas.
Éste es tan sólo uno de los tristes testimonios de muchos atletas que, cada vez con más frecuencia, dan el paso de visibilizar una condición más frecuente de lo que cabría esperar en el mundo deportivo, un problema muchas veces invisibilizado por la presión de estos atletas de estar siempre al 100% .
Origen y significado del término RED-S.
El RED-S (Relative Energy Deficiency Syndrome) se define como una condición de baja disponibilidad de energía que afecta tanto a mujeres como a hombres y abarca una amplia variedad de síntomas que afectan a numerosos sistemas de nuestro organismo, comprometiendo seriamente la salud de nuestros deportistas.
Esto supone básicamente una alteración en el funcionamiento de nuestra fisiología, que se ve alterada por un déficit relativo de energía , alterando así nuestra tasa metabólica basal, la función de nuestras hormonas, la salud ósea, el sistema inmune o la salud cardiovascular entre otros. Esta baja disponibilidad de energía, se produce como veremos más adelante, por un desequilibrio entre nuestras ingestas y nuestros requerimientos energéticos.
El término fue introducido por el Comité Olímpico Internacional en el año 2014, tras la actualización del concepto previo conocido como “tríada de la atleta femenina”. Esta modificación se produjo tras comprobarse la necesidad de incluir también al colectivo masculino y analizar además otros parámetros de salud y rendimiento, considerándose que más que una tríada se trata de un síndrome que afecta a múltiples niveles.
Disponibilidad de energía.
La disponibilidad de energía se define como:
Disponibilidad de energía (EA) = Consumo de energía (EI) (kcal) – Gasto de energía en ejercicio (EEE) (kcal) / Masa libre de grasa (FFM) (kg), donde el gasto energético del ejercicio (EEE) se calcula como la energía adicional gastada por encima de las actividades de la vida diaria durante la sesión de ejercicio, y el resultado general se expresa en relación con la masa libre de grasa (FFM). Según los estudios, se puede afirmar en términos generales, que la EA óptima para una función fisiológica saludable en mujeres y hombres es típicamente 45 kcal / kg FFM y no menos de 30 kcal / kg FFM.
¿Por qué desarrollan los atletas este síndrome?
Podemos encontrarnos ante dos escenarios distintos, o bien nuestras ingestas no son suficientes para cubrir los requerimientos de nuestra carga de entrenamientos (y esto puede producirse consciente, o inconscientemente), o bien estamos tan sobreentrenados que será muy difícil poder cubrir esas necesidades nutricionales básicas para mantener un óptimo funcionamiento de nuestro organismo.
En definitiva, la restricción alimentaria y el sobreentrenamiento son dos elementos a tener muy en cuenta en el seguimiento de un atleta ya que las consecuencias podrían ser nefastas. Los motivos por los que los atletas pueden caer en este desajuste son diversos, por un lado es una patología típica de atletas de élite, quienes suelen verse sometidos a importantes presiones o tienen personalidades con tendencia al perfeccionismo y la rigidez lo que favorece el desarrollo de trastornos alimentarios. Sin embargo no es exclusivo de este colectivo, y es que cada vez con más frecuencia los profesionales vemos cómo el atleta amateur se aventura en carreras de media o larga distancia, aumentando la carga de entrenamientos sin un asesoramiento nutricional acorde a sus nuevas necesidades fisiológicas.
La ausencia de menstruación, principal alarma en las mujeres.
Cuando hay un déficit de energía disponible, el sistema hipotálamo-hipófisis que regula la producción hormonal se ve afectado, alterando el correcto funcionamiento de las hormonas que regulan el ciclo menstrual. La retirada de la regla es frecuentemente uno de los síntomas más precoces del RED-S en la mujer. Este hecho debe alertarnos de que tanto la densidad ósea de la mujer como otros ámbitos de su salud se encuentran en riesgo. El problema es que la retirada de la menstruación es un hecho terriblemente normalizado en el mundo de la competición deportiva, posiblemente por la “inconveniencia/incomodidad” que tiene para muchas en el ámbito de la competición, olvidando que su presencia es siempre una señal de salud óptima.
Los estudios demuestran que las mujeres deportistas con oligo/amenorrea tienen un riesgo significativamente mayor de fracturas por estrés, lo cual sucede a pesar de los beneficios de la práctica deportiva en la salud de nuestros huesos. El motivo de esto es que los estrógenos juegan un papel clave en el metabolismo óseo, y cuando su nivel baja aumenta la destrucción ósea contribuyendo a una pérdida de densidad ósea, que a la larga puede conllevar problemas de osteopenia y osteoporosis. Todo esto tiene especial relevancia en las atletas más jóvenes, ya que es en estas edades cuando se alcanza el pico de masa ósea, momento en que las mujeres adquieren esa reserva ósea saludable que será determinante para evitar problemas una vez alcanzada la menopausia.
Alteraciones a múltiples niveles del organismo:
¿Qué le sucede a nuestro teléfono móvil cuando se queda sin batería? Entra en modo “ahorro de energía” limitando algunas de sus funciones habituales. Pues bien, lo mismo sucede en nuestro organismo cuando dejamos de darle el combustible o el descanso que necesita, limita algunas de sus funciones básicas y se producen alteraciones a distintos niveles:
-Alteraciones endocrinas: además de las alteraciones menstruales en las mujeres, en los hombres los niveles bajos de testosterona se relacionan con fatiga, pérdida de deseo sexual, disfunción eréctil entre otros; además encontraremos problemas a nivel del eje tiroideo, alteraciones en la secreción de insulina y leptina…
-Alteraciones en la salud ósea.
-Disminución de la tasa metabólica basal.
-Alteraciones hematológicas (anemia fundamentalmente).
-Alteraciones de crecimiento y desarrollo por patrones disfuncionales de la GH en atletas adolescentes.
-Problemas cardiovasculares (aterosclerosis precoz en relación al hipoestrogenismo).
-Alteraciones gastrointestinales.
-Disfunción del sistema inmune.
-Alteraciones a nivel psicológico (depresión, mal manejo del estrés, problemas psicosomáticos…).
Señales de alarma en nuestros deportistas:
-Ausencia de menstruación en mujeres deportistas.
-Fatiga y disminución marcada del rendimiento en entrenamientos.
-Dificultad para concentrarse.
-Lesiones frecuentes (fracturas por estrés ante la pérdida de masa ósea).
-Enfermedades recurrentes ante la alteración inmunitaria.
-Alteración de los patrones de sueño habituales.
-Cambios de humor.
-Intolerancia al frío.
-Relación disfuncional con la comida y/o entrenamiento.
Tratamiento del atleta con problemas de baja disponibilidad de energía.
El RED-S es una patología que pone de manifiesto cómo salud y rendimiento físico no siempre van de la mano, así como la necesidad de mantener un balance adecuado de nuestro entrenamiento, nutrición y descanso para evitar alteraciones fisiológicas que no sólo disminuirán nuestro rendimiento hoy, sino que conllevarán importantes problemas de salud en el futuro.
El tratamiento debe ser multidisciplinar en función de los síntomas y la gravedad del proceso, de modo que puede ser necesaria la valoración por parte de un médico, nutricionista, psicólogo deportivo, fisioterapeuta… con el objetivo último de atajar esa baja disponibilidad de energía. La prevención asimismo es fundamental, y los entrenadores deben estar alerta ante posibles señales de alarma que puedan indicar un debut del proceso, debiendo adaptar correctamente las cargas de entrenamiento, los periodos de descanso, y la nutrición de los deportistas para que se ajusten a sus necesidades reales.